6 Tips para presentar un proyecto
… Y no morir en el intento
Son muchos los profesionales que tienen que exponer sus ideas a lo largo de su carrera, ya sea en reuniones internas, o ante clientes que deben dar su aprobación a un proyecto.
El momento de presentarlas ante compañeros, jefes o directamente a nuestros potenciales clientes, se puede convertir en una auténtica pesadilla.
Y se puede dar el caso de que la oratoria no sea nuestro fuerte. Si efectivamente te ves reflejado con este problema, tranquilo. Hay formas de aligerar esa carga y de asegurarnos el éxito reduciendo el miedo escénico.
¿La experiencia es un grado? No se puede negar que es de gran ayuda. Mi relación con el medio radiofónico y mi trabajo en departamentos de prensa me ha dado tablas, y por eso cierta tranquilidad a la hora de afrontar el momento de la verdad. No hay nada como la práctica, el ensayo y el error.
Pero por más veces que lo hagamos seguimos poniéndonos nerviosos. Y desafortunadamente, por leves que sean esos nervios, pueden estropearnos cualquier discurso que tengamos preparado.
El objetivo es reducir la ansiedad a su mínima expresión con 6 ideas que podemos aplicar a cualquier presentación. Trucos que pueden ser obvios y que muchas veces no ponemos en práctica porque pensamos que lo tenemos todo controlado.
Así que ¡vamos con ello!:
1- Lo bueno si breve, dos veces bueno
Es la ley de oro de cualquier presentación, un clásico que siempre funciona. Alargar innecesariamente una sesión de estas características puede hacer que nuestros oyentes desconecten. Pero…¿qué es innecesario y qué no lo es?
Como cuesta renunciar a contar todos los aspectos del trabajo que hemos realizado, te propongo hacer lo siguiente:
- escribe los puntos principales de la explicación en una sola línea cada uno.
- Haz una lectura rápida de los mismos para comprobar que la propuesta se comprende.
- Si es así…el siguiente paso es incluir algunos datos en cada punto que completen o incluso amenicen la información que estás dando. Y en tan solo uno de ellos anotar alguna anécdota que quieras incluir en la presentación.
Para finalizar repásalo y pregúntate si la visión global de conjunto está equilibrada. Esta será nuestra hoja de ruta concentrada en dar sentido a la propuesta y conducir a nuestra audiencia hacia el lugar que queremos.
2- Esquema vs Guión
Llevar un esquema escrito muy básico y visual nos ayuda a mantener la fotografía mental del camino que debemos seguir. Así no hay peligro de perderse en el océano de palabras en el que a veces nos metemos. Nos aporta seguridad, siempre que lo tengamos a mano y a la vista. Una buena manera de conseguirlo es llevarlo escrito en pequeñas fichas de cartulina y utilizar varios colores.
Apuesta por las frases cortas.
3- Que las imágenes sean tu soporte
En una presentación las imágenes que usemos para ilustrar deben ir en consonancia con la línea argumental que llevará nuestro discurso. Las podemos componer para que funcionen a modo también de esquema visual para lo que vamos a contar. Nos pueden servir como guión si en cada una de ellas incluimos la frase que nos da la pista para argumentar (sólo una frase y no muy extensa a poder ser). Esto impide que divaguemos o que nos quedemos en blanco. No obstante, cuando algo así nos ocurra podemos limitarnos a hacer algún comentario breve sobre lo que estamos viendo y pasar al siguiente punto sin darle más vueltas.
4- Logística bajo control, un problema menos
Los aspectos técnicos de la presentación NO deben ocuparnos espacio mental de ninguna manera. Un imprevisto puede romper el ritmo de la presentación y hacer que perdamos el hilo. Por eso cualquier cosa que sea necesaria a nivel logístico debe reducirse a un movimiento mínimo por nuestra parte, como pulsar un botón para pasar de imagen, o el puntero. Dejaremos todo listo antes de empezar, de forma que no sea necesario posteriormente ni usar el ratón.
5- No trates de ser gracioso
No, si no lo eres. A todos nos engancha ver a alguien con chispa y labia en una presentación. Pero si no tenemos ese don mejor que renunciemos a meter chistes o gracias con calzador. ¡Nos ha pasado a todos! es una gran tentación en la que debemos procurar no caer. Nos da mucha más calma a la hora de afrontar el trance no pretender ser quien no somos.
6- Si vas a leer…¡que no se note!
Hay apuntes o datos que es difícil retener y hay que leerlos. Pero siempre que sea posible es mejor optar por una presentación “contada". Da vértigo, lo sé. Es por eso que hemos reducido y esquematizado lo que vamos a contar.
Si necesitamos leer alguna información que no hemos sido capaces de memorizar, mejor si lo anunciamos.
Una forma natural de hacerlo consiste en empezar la frase o párrafo leído de esta forma… “Un dato: La deforestación de la Amazonía en el período agosto de 2019 y julio de 2020 fue equivalente a aproximadamente 11,088 kilómetros cuadrados, un aumento del 9.5 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior, según datos de deforestación publicados por PRODES”.
El objetivo de este último punto es el de resultar naturales, así que ensayamos un par de veces toda la presentación como mucho, para no viciarla demasiado y que resulte fresca.
Si hubiese un séptimo consejo:
Disfrutar de una presentación. Pasarlo en grande en lugar de sufrirlo.
Qué mágico cuando ocurre…